El primero se da cuando se evitan sistemáticamente las
situaciones que provocan incomodidad, dolor o conflicto. En este momento uno se guía por lo que no quiere y depende continuamente de factores
externos que decidirán por nosotros hacia dónde no dirigirnos, precipitándonos
por el cómodo camino del corto plazo que nunca lleva hacia donde se
quiere ir.
El segundo momento llega cuando se han tomado algunas decisiones
difíciles y la fase anterior ha quedado atrás, lo que puede generar tanta autoconfianza que se acaba confundiendo con autosuficiencia, llegando a creer que uno ya no tiene nada que aprender de
nadie.
Fotografía: David Rodríguez
Texto: Miguel Ángel Agulló
.
Qué fácil y qué bien lo explicas todo y cómo casa con la foto.
ResponderEliminarQué bueno, Miguel! cuando tu lo plasmas en el papel
ResponderEliminar... parece tan fácil, que no sé por qué las personas a medida que va creciendo su inestabilidad emocional, su imposibilidad de discernir, empatizar, y "honestizar" su comportamiento, más autosuficientes se sienten... y más desagradables se muestran...
con la consecuencia inevitable de generar más toxicidad en el ambiente...
Buenísima la foto también David